La jornada sabatina de tenis llegó en esta ocasión al Cid Hiaya en un momento del día que rompía con la tónica habitual de la semana. La maratón tenística dio el pistoletazo de salida a las 15.00 horas de la tarde con el inicio de la primera de las semifinales. Marina Bassols y Noelia Bouzo eran las protagonistas de una obra que se celebrada en la Pista Central del complejo deportivo bastetano y que contaba con varias decenas de personas como testigos de lo que iba a acontecer en ella. La de Barcelona, muy superior durante todo el partido, superó a una renqueante Bouzo en menos de una hora. Cabe destacar que la sorpresa del cuadro de este año arrastraba molestias de la noche anterior. De hecho, en el super tie-break del torneo de dobles tuvo que llamar al fisioterapeuta para finiquitar el pase a la final junto a Steur, a expensas de hacerlo con un aparatoso vendaje en su rodilla. Sea como fuere, lo cierto es que sobre pista no se le vio con la misma frescura con la que accedió a esta ronda, costándole más poder defenderse de los lanzamientos a línea de fondo que recibía desde el lado contrario. Marina Bassols, sin mucho desgaste y con plena confianza, firmaba como primera finalista del ITF W50 Baza.

A continuación, en el mismo escenario pero con un graderío al completo de público, el plato fuerte: Eva Guerrero y Susan Bandecchi. Una final anticipada con el deseo local de que, menos de veinticuatro horas después, el trofeo de la Dama de Baza recaiga en manos españolas. Para ello, la misión más difícil: derrotar a la invencible Bandecchi, vigente campeona del Open JCastillo-Occident by Diputación de Granada -cuando era W35- y cabeza de serie número uno. Eva hizo honor a su apellido y sometió a la suiza durante todo el primer set con una sencillez pasmosa. El 6-2 hizo justicia en favor de la almeriense, que dejaba medio camino andado hacia su objetivo. Sin embargo, al poco tanteo de iniciar el segundo set, y cuando el marcador era favorable a la suiza por dos juegos a uno, Guerrero solicitó asistencia del fisioterapeuta. Un dolor en la parte posterior del muslo derecho. Fantasmas de lesiones pasadas volvían a su cabeza. El desenlace del set fue una vendetta del primero, con Bandecchi aprovechando una gran sucesión de golpes hasta apuntarse la igualada en el marcador con un amplio 6 a 1.

La resolución, por tanto, se iba al tercer y definitivo acto, con el público jaleando a las dos por igual. Una por el recorrido alcanzado en el Club, habiendo firmado uno de los mejores partidos vistos en suelo bastetano en su primera participación y consagrándose campeona en la segunda, y la otra por su cercanía territorial al ser natural de Almería, y que en su anterior intervención -en el W25 Baza- tuvo que retirarse casi al comienzo del torneo cuando vencía con holgura a Boskovic, quien resultara ganadora por octubre de 2023.

Eva Guerrero se olvidó de las molestias, dio un paso al frente y angustió a Bandecchi. La suiza, errática y frustrada, dejó de paso algunos recados al juez de silla en el rato final del enfrentamiento. Apoderándose del saque y con restos que se defendían como podían de los latigazos suizos, la española fue sumando puntos al casillero y acercándose a la victoria. Dos horas después, y al borde del comienzo del siguiente turno, Guerrero aseguraba la final nacional con otro 6-2. El cincuenta aniversario del club se celebrará con dos compatriotas a las que alentar. Por su parte, el torneo confirma una vez más el maleficio al que se exponen las que aparecen como principales cabezas de serie, que no logran demostrar ese teórico favoritismo. Sin Bandecchi ni Ryser, la responsabilidad recae en Bassols [3] y Guerrero [4].

Campeonas de dobles

El día, ya sí, se despedía con el último partido previsto. En este caso la finalísima del torneo por parejas que se celebra paralelamente al de individuales y que, irremediablemente, tendría también acento español al haber una representante en cada lado del rectángulo. El tándem hispanogermano Bouzo-Steur se impuso al dúo Oliver-Masic después de hora y media con un doble 7-6. Merecido pero, sobre todo, entretenido para los presentes en el graderío que disfrutaron de apasionantes puntos y un gran ambiente entre las tenistas más allá de la rivalidad competitiva que las pudiera medir.

Después de la ceremonia de premios, los asistentes disfrutaron de un concurso de saques poniendo a prueba el radar que mide la velocidad cortesía de la empresa Global Racket, entregando posteriormente también bolas gigantes de tenis firmadas por varias deportistas que han pasado por el ITF W50 Baza.

Foto correspondiente a la ceremonia de premios tras la final de dobles.

Crónica escrita por Moisés Corral Moral | Jefe de prensa del ITF W50 Baza